miércoles, 25 de marzo de 2009

Bocadillos de antibióticos

Buenas tardes a todos,

Que educadito soy, a veces me da grima hasta a mi mismo.

Debe ser parte de esa larga lista gilipolleces que me corren por dentro, quedar bien, saberlo todo, ser el mejor, no equivocarme nunca, no reconocer la debilidad, en definitiva no querer ver que en el fondo todos llevamos un gilipollas dentro.

Claro que unos más profundo que otros y en algunos el dicho llega a su máxima expresión y su cara refleja el perfecto gilipollas que llevan dentro. No, como dice mi querido Wardog "definir no es insultar", y menos cuando se habla de uno mismo.

El mío anda estos últimos tiempos a hostia limpia (lo siento Majo pero hoy necesito utilizar este lenguaje, aunque solo sea para darme cuenta de que no se acaba el mundo por que los demás piensen que soy un mal hablado). Y es que conocerse a uno mismo es un acto bastante masoquista y aceptarse no digamos. Estoy tan acostumbrado a como creo que soy, a la versión de mi mismo que me devuelven los espejos, que cuando la terapia me escupe la realidad, soy capaz de encontrar excusas, inventar silogismos y cualquier cosa con tal de continuar siendo el capullo del espejo. ¿Soy un macarra? ¿soy un hortera? ¿voy a toda hostia por la carretera? ¿de quien es aquella canción de Ilegales o de Seguridad social?.... es por darle pié a Dani así escribe en alguna parte, porque lo que es la Tronera ... Liante si, eso si lo soy y hasta me gusta.

Definitivamente someterse a terapia es un camino duro, lleno de dudas y de descubrimientos. Pero lo que vas encontrando en el camino, cuchillada tras cuchillada, merece la pena. Lo de la cuchillada es por que los del "gremio", los que seguimos la terapia, decimos que es como pelar una cebolla infinita, capa tras capa y siempre con la lágrima a mano. Pero luego esa tortillita de cebolla caramelizada .... ¿verdad Paco?.

A mi me cuesta mucho llorar, digo, pero vamos haciendo progresos. Tranquilícese la clac que no estoy hablando de morirme ni nada por el estilo, estoy hablando de llorar todas las veces que debí hacerlo en el pasado y no lo hice.

Mala costumbre, esas cosas las arrastras como un atasco intestinal, cuanto más tiempo pase más podrido estas.

Así que en esas andamos.

Por lo que a la salud se refiere pues que queréis que os diga, harto de fiebres, antibióticos, protectores estomacales, quimioterapia, antitosivos, expectorantes, gelocatil, goteros, agujas, enfermeras, médicos, celadores, radiografías y sobre todo de que me duela la espalda. Ahora resulta que puede ser ciática: eramos pocos y parió la abuela. ¿Es jodido tener ciática? ¿y si, además, tienes ataques de tos de esos recurrentes en los que no puedes arrancar y siguen y siguen? pues acabas hasta los huevos. Peor seria ese ataque de tos con una buena diarrea. El que no se contenta es por que no quiere.

Y es que es la tercera vez en tres meses, fiebre -> hospital etc, etc pero bueno, parece que la cosa ha pasado, esta pasando por que aún me quedan 4 días de antibióticos y la noche pasada fue de ordago ... hasta que me rendí y me tome el Nolotil. Con la cantidad de medicamentos que ya tomo y teniendo el hígado afectado intento no tomar nada más a menos que sea imprescindible (los donuts con cerveza no los considero medicamentos) y yo con el dolor soy muy machote ... ¿o no?... en fin que me metí un nolotil entre pecho y espalda.

Este medicamento a Dani le hace el mismo efecto que un vaso de agua pero a mi me hace el mismo efecto que una docena de stundestos, así que a partir de ese momento bien, bien. Hay que joderse para que el Nolotil no te haga efecto y encima ser alérgico al marisco..... (es que me debe un almuerzo y solo viene si es a darme dos hostias).

Y entramos en período de pruebas -> Rx -> Tac -> Hematología con marcadores y, justo el mismo día que el TAC, entrevista con los de la SS. Ya veremos como acaba todo. Rezad algo, poned velas o fumar lo que queráis pero hacer fuerza que falta me va a hacer para salir bien de todo.

En cuanto a lo de contaros a qué me dedico pues seguid esperando, quiero poder "enseñaros" cosas, hacerlo bien por una vez. A parte del taller mucho leer, mucho escribir, mucho disfrutar de Laura y Majo y mucho hacer planes. Por cierto que a la banda que me puso PuntaCana por las nubes con planes incluidos y luego res de res ya les daré yo, pronto comerán en casa .... ¿se me ocurrirá alguna venganza...? sufrid, sufrid. Mas planes para visitar la Alcarria, talleres en Agosto y la gran duda....

¿Regresaremos esta año a Sitges? después de los comentarios que me publicaron en Radio 3 respecto del desastre del 2007 tendré que pensarlo, claro que con Rafa de compinche no hay mucho que temer. En octubre a Sitges, aunque sea un fin de semana. Haced hueco y apuntaros, se promete mucha cerveza, risas, vísceras y .... mejor me callo.

Hablando frikis aquí os dejo la reseña del último libro de Cody McFadyen y otra sobre el último de Markaris (predigo que este libro va a enganchar a mi cuñada Ana a este autor) y no vale saltárselas hermanita....

Cody McFadyen

Enlaces:

web del autor: http://www.codymcfadyen.com/content/index.php

Libros:

El hombre sombra: Título original: The Darker Side Editorial: Umbriel

El rostro de la muerte: Título original: Face of Death Editorial: Umbriel

Sin traducción. Título original: Shadow Man Editorial: sin editar en castellano.


Acabo de terminar el segundo libro de este autor aunque todo lo que diga a continuación puede extenderse al primero.

Se pueden decir muchas cosas del Sr. McFadyen pero lo que me asalta, y me ha asaltado durante la mayor parte de la lectura de sus dos libros, es que es un jodido hijo de puta. Un psicópata en potencia, la evolución mas perfecta del Marques de Sade.

Supongamos que tomamos a alguien con talento para escribir y lo criamos con la filosofía del marqués para después obligarle a desentrañar las técnicas descriptivas de Hitchcock (imprescindible: Hitchcock-Truffaut) tal vez con un doctorado añadido en Poe y Lovecraft, más 40 años en un cuerpo de policía dedicado a perseguir a los asesinos más violentos y le obligáramos a escribir sus memorias una vez jubilado, podríamos acercarnos a lo que se cuece en la cabeza del Sr. McFadyen.

A lo largo de sus dos libros he sentido varias veces la necesidad de dejar de leer. Por miedo, por angustia, angustia vital, incontenible. No se trata de descripciones gore, no se trata de terror psicológico, se trata de la realidad en versión “steak tartar” a lo Borroughs, Fante, etc.

Quizás “El arte más intimo” de Poppy Z Brite (titulo original: Exquisite corpse), Reservoir Books, 1998) podría acercarse, pero en ningún momento sentí la necesidad de dejar este libro. Nunca llegó a angustiarme, seguramente por que describe una realidad más alejada de la mía que la descrita por McFadyen, empeñado en sembrar el desasosiego entre padres de familia confiados en la seguridad que la civilización occidental parece proveernos.

Me gustaría comprobar si estoy en lo cierto, si determinados libros nos afectan más según lo cercana que nos sea la situación planteada o si McFadyen es en realidad un psicopatía controlado. Quiero decir que pienso que todos somos capaces de asesinar a alguien, es un problema de encontrarse en las circunstancias adecuadas, y por eso somos capaces de describir / escribir sobre ello. Asesinatos más o menos fríos pero casi siempre dentro de un entorno controlado, a pistola, guardando las distancias o a cuchillo por la espalda o situaciones similares en las que nuestro subconsciente piensa que podríamos desenvolvernos con posibilidades de éxito. Pero, ¿se pueden escribir escenas como las de estos dos libros y luego sentarse a cenar tranquilamente con la familia?.

Tengo mis dudas.

Algo así opinaba el 7 de enero de 2008 Spooky en su blog “La linterna mágica” sobre la mencionada Poppy Z.

“../El retrato es tan preciso que uno llega a plantearse si Brite ha tenido alguna vez perversas fantasías en algún periodo de su vida. Pues todo crimen empieza por fantasear con ello. En todo caso, gracias a dios que le ha dado por escribirlas..”

Definición RAE “Psicopatía: Anomalía psíquica por obra de la cual, a pesar de la integridad de las funciones perceptivas y mentales, se halla patológicamente alterada la conducta social del individuo que la padece.” ¿es necesario padecer una psicopatía para “ponerse en situación” y escribir según que cosas? Ya me gustaría saber la respuesta.

Entrando en materia, Cody McFadyen (ahora incluyo el nombre por que toca la de arena no sea que me ponga un pleito) domina dos estrategias muy eficaces. La primera es aquella derivada del dicho “en cocina el mejor condimento es el hambre” y la segunda el dominio del dolor como camino al placer. McFadyen nos coloca en situaciones límite para, a continuación, dejar perlas literarias, filosóficas del estilo de:

“../ - No, no, no. Nada de culparse, nada de avergonzarse. Demos examinar nuestros fallos, aceptarlos y modificaros. Eso se llama responsabilidad, y es más provechoso que machacarte a ti misma. La responsabilidad es activa, hace que las cosas mejoren. La culpa sólo hace que te sientas mal ..” pag 377.

Algo así como pasarte una pluma por la espalda después de restregártela con ortigas.

McFadyen maneja los personajes con soltura consiguiendo que pases de ver al asesino como algo no humano a justificar sus actos más abyectos. Y lo que es peor, consigue que te des cuenta de que solo es un libro, si, literatura de género.... pero podría pasarte a ti.

Solo os diré una cosa: suelo bajar al parque con mi niña y un libro … bueno... solía, hace días que no puedo quitarle la vista de encima.


Petros Márkaris

Si los agentes de Lonely-Planet hicieran bien su trabajo el último libro protagonizado por Kostas Jaritos y su inefable Adriani se lo compraríamos a ellos y no a Tusquets.

Por que las guías suelen ser difíciles de leer de un tirón. Uno busca aquí y allá lo que necesita para hacerse una visión general y luego selecciona, más por lo que le “han dicho” que por lo que pone en la guía, los sitios que quiere visitar. Normalmente terminamos visitando lo que recordó de su viaje alguno de nuestros amigos o familiares, y lo que recuerdan no suele estar concordar con lo realmente interesante si no con lo que les llama la atención.

Por eso digo que este libro es la mejor guía de Estambul, en el recorremos la ciudad, sus barrios, sus templos, el bazar conocemos sus diferentes comidas y recibimos el puntito justo de historia para saber lo que estamos mirando.

../ Para llegar aquí hemos recorrido una calle atestada de puestos donde fríen mejillones, luego hemos seguido recto por otra calle también atestada de establecimientos de mejillones aunque esta vez rellenos, y un poco más abajo empezaron a acariciar nuestro olfato olores a especias, a embutidos, a albóndigas picantes y mújoles, , que colgaban en las tiendas de alimentos como cuelgan las uvas de la parra. No sé que recordaré más cuando volvamos a Atenas: Santa Sofría, el Bósforo o los olores de Estambul ../”

Perdonad un momento pero yo tengo que ir a comer algo...

Y para guiarnos una intriga simple, una de las que le gustan al maestro Márkaris. ¿Se pueden escribir 240 páginas sobre una ciudad con la ayuda de una trama evidente desde el primer momento y un mar de relaciones humanas y que resulte interesante, ameno... ? Sin pistolas, sin masacres … asesinatos sin aspavientos. Pues si, el maestro Márkaris lo hace una y otra vez pero esta novela es la perfección de la simplicidad.

Hace años otro maestro, en otra de mis venas artísticas, miró una de mis obras, que yo le enseñaba sonriente a la espera de un merecido, digo yo, elogió y acompañó una sonora colleja del siguiente comentario “keep it simple stupid”: mantenlo simple estúpido.

Se trata de una novela sencilla, simple, que te atrapa en pequeños detalles, de la ciudad, de la intriga, de las relaciones humanas.

Creo que a Márkaris le importa un pimiento la intriga, le veo más cercano a Marvin Harris y su “Antropología cultural” que a Henning Mankel, por mucho que la trayectoria de Mankel en los últimos tiempos tienda a las maneras de Márkaris y los mas “sociales” del género.


../ Para mi gran alivio, la señora Murátoglu sigue charlando con Adriani, quien, como fiel súbdita de la televisión,adora las historias, especialmente las más tristes. Yo, por el contrario, detesto visceralmente las glorias pasadas que se cuentan con dolor. Recorro con la mirada la mesas alienadas a lo largo de la calle. Están todas llenas, los comensales beben y conversan aunque produciendo la mitad del ruido que en cualquier taberna ateniense, donde generalmente no te enteras de lo que dice tu acompañante.

Aquí todos conversan en tono moderado; tanto es así que cuando suena mi móvil, lo oigo. Lo saco del bolsillo y, por enésima vez, compruebo que me he equivocado, no es el mío, cosa que me ocurre sin falta un par de veces al día. Tengo la impresión de que suena y lo saco del bolsillo, sólo para descubrir que me equivocaba. Soy consciente de que vivo con la esperanza de recibir una llamada de Katerina, pero cada vez me quedo frustrado. Desde que llegamos aquí, no ha habido ningún contacto, ni nosotros la llamamos, ni ella nos llama a nosotros. La última vez que hablamos fue cuando le comunicamos que veníamos aquí de viaje, la víspera misma de nuestra partida. La idea de decírselo en el último momento fue de Adriani que cuando enfila el camino de la amargura no lo abandona ni aunque le llegue el agua al cuello. Quería de Katerína se diera cuenta de que nos marchábamos para olvidar. ../”

No puedo evitarlo, cuando leo las entretelas de la triangular relación entre Jaritos, Adriani y Katerina entiendo mejor el mundo que rodea. Por que “el mundo que me rodea” no son un montón de políticos corruptos, empresarios empeñados en hacerse de oro, nuevas tecnologías, coches eléctricos, asesinos en serie, periodistas famosos e inquebrantables … no, el mundo que me rodea es el de mis vecinos, Pepe el cura del barrio y Fina su hermana, las dos parejas de jubilados del piso de encima y la flower power de mi cuñada y el bendito de Damián en el piso de debajo. Y obra tras obra Márkaris me enseña a entender esos retazos de conversación que captas en el mercado, en el ascensor... lees sus libros, crees que te olvidas de ellos y terminas sonriendo, cuando no partiéndote de risa tu solo, al escuchar una conversación a tu lado.

Mi mujer no es una lectora asidua de novela, aún así cometí la torpeza de pasarle el libro para que leyera unos párrafos del principio mientras esperábamos en la consulta del oncólogo. El resultado es que me tiré la siguiente media hora mirando las musarañas mientras ella devoraba el libro.

Total, un asesino/a al que jamas le hubieran acertado un perfil en Quantico, un método archiconocido en los países costeros del mediterráneo desde Lucrecia Borjia hasta nuestros tiempos. Una trama y un libro real como la vida misma. Sin aspavientos. Verde pistacho. Y un final dulcecito... ¡mierda se me escapó!

El maestro escribe como hablan los viejos, rellenando historias simples con cosas importantes. Como me hubiera contado mi abuelo sus historias ... si lo hubiera conocido.

Seguro.


Un abrazo,

Víctor




4 comentarios:

Anónimo dijo...

Con lo del gilipollas vas a tener razón: todos llevamos uno dentro.

Lo importante (y difícil) es mantenerlo encerrado y que muera de inanición.

A mí, cuando se me despierta el mío, llamo al estúpido que vive con él y en dos frases, a veces en una, paso de ser gilipollas a un completo estúpido y la gente ni lo nota.

Mano de santo.

Anónimo dijo...

ehhhhh tete, la proxima vez los leo vale?? jajajajaaj es que a parte de que tus "libros raros" no los entiendo muy bien, es muy largooooo....mil besos
Te quiero mucho

Daniel dijo...

Mira que me jode que me den faena, pero bueno, allá va.
La letra de la canción

Hay un tipo dentro del espejo,
que me mira con cara de conejo.
Oye tú, tú que me miras:
¿es que quieres servirme de comida?

Soy un macarra,
soy un hortera,
voy a toda hostia por la carretera.

Soy un macarra,
soy un hortera,
voy a toda hostia por la carretera.

Oye tú, no te acerques demasiado,
busco pelea y está a mi lado.

De un puñetazo me cargo el espejo,
le rompo los dientes a cara de conejo.

Soy un macarra,
soy un hortera,
voy a toda hostia por la carretera.

Soy un macarra,
soy un hortera,
voy a toda hostia por la carretera.

Hay un tipo dentro del espejo,
que me mira con cara de conejo.


el vídeo te lo buscas tú mismo en youtube, que de momento no me llamo Bautista.

Sobre los gilipollas, pues mira, yo tuve que empeñar mi parte gilipollas, ya que si no, no tenía bastante dinero para comprarme una televisión, habida cuenta de que no te mueres y no me dejas tu mega tele sony, no me ha quedado más remedio. Mira que ya me había hecho yo ilusiones ;-)

Y sobre lo de liante, recuerdo aquella canción de Ana Belén "Lía", te podías enrollar y ponerla en tu blog.

¿Que el Nolotil te pone?, pues perfecto, pero que conste que eso es para niños, yo tomo cosas más fuertes, ja, ja, ja, y sobre el tema del marisco, soy capaz de invitarte a comer llumanto, pero eso sí, te voy ha hacer que te lo comas con cáscara, cacho canalla!!!!

Un abrazo tío, por cierto, tengo que llamarte para ponerte los dientes largos, ja ja ja.

karlo dijo...

es muy dificil poder comprender lo duro que es ya luchar psicologicamente contra el cancer como lo es la lucha contra las cosas que bienen con este como la quimioterapia y el coctel de drogas que biene con ello! solo quienes comensamos a pasar por este arduo proseso somo capaces de comprenderlo!!sin embargo me embarga una duda!!que pasa si al ser consumidor de Generic Levitra podre seguir consumiendolo o este perdera su efecto?