lunes, 7 de julio de 2008

Por fin Petros y los Secretos.

Buenas noches,

Parece que por fin puedo dedicarle un rato a Petros, y algo más...

Hace algún tiempo que terminé "Defensa cerrada" de Petros Markaris, otra policíaca, también muy recomendable mucho más que las americanas que me he tragado durante años, de nuevo un buen tratamiento de los personajes, una buena trama recreada con los pormenores de la vida de un comisario tal y como deben ser en la realidad lejos de los clichés americanos del genero. Pronto leeré el resto de las obras de este autor.

Nunca se por qué pero a veces me quedo 'enganchado' con algo, una imagen, un recuerdo, la mayoría de las veces con una canción, me ha sucedido otra vez y quiero compartirlo. Estaba en el taller enfrascado mis cosas y ha empezado a sonar "pero a tu lado" se me ha puesto la piel de gallina al recordar, releer, recomprender, esta canción y todos los momentos que alrededor de los Secretos he vivido, si lo reconozco me gustan los Secretos, los he utilizado muchas veces en otros tiempos cuando la melancolía era el sito conocido donde me encontraba a gusto, en mi salsa.

Ahora todo ha cambiado, para mi, debo haber muerto y resucitado, lo que fui es la tierra en la que he plantado lo que soy, el fruto es lo que leéis en este blog.

No se cuantas veces he oído y leído a los Urquijo pero mi nuevo punto de vista me permite disfrutar de esta canción, y de muchas otras de los Urquijo, de una manera más gratificante siento ese toque de melancolía pero no me quedo atrapado en él, fluye y lo que queda es mejor que lo tenía antes cuando me refugiaba en ese sentimiento.

Siento que Enrique Urquijo nunca pudo dejar fluir esos sentimientos, hemos disfrutado de los frutos de ese encierro, todas las canciones / poemas que dejó, pero a costa de que se dejara la vida en ello. No hay que decir que no le conocí pero si conocí el abrazo de la melancolía y me imagino que una de las razones por las que he conseguido cambiar es que no había muchedumbres aclamándome mientras les exponía mi alma atormentada como hacía Enrique, ¿hasta que punto somos culpables por esta y otras perdidas? repartió su alma en poemas sonoros hasta quedarse sin nada y el pato lo habrán pagado su hija Maria y sus hermanos.

Estas reflexiones me entristecen, pero en el lado contrario están todos los ratos que he pasado, y que aún pasaré, escuchando sus canciones en buena compañía. Ju, siempre me acuerdo de ti cuando les escucho y, lo reconozco, seguiré utilizando la melancolía para enfrentarme al papel en blanco, ahora es mi herramienta, he aprendido a utilizarla, a dejarla fluir, a sentir el placer de verla desaparecer de repente con una risa de Laura, con una nueva entrada acabada, con un comentario en el blog o simplemente con las ganas de vivir que tengo.

Un link de regalo para Ana, lo he encontrado por casualidad y se que le va a encantar.
En la foto Enrique Urquijo y su hija Maria.




Un abrazo,

Víctor

No hay comentarios: